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La Comunidad Educativa del Liceo Ruiz Tagle, como cada año, realiza el acto litúrgico-académico, reconociendo a cada una de las mujeres que trabajan en el liceo, su derecho a ser tratadas con dignidad y respeto, y destacando que cada ser humano no importe su sexo, raza, o religión merece disponer de las condiciones vitales para desarrollar todas sus capacidades, talentos y habilidades.
Don Álvaro -coordinador de Convivencia escolar- dice: “Los alumnos y trabajadores se comprometieron a respetar en el día a día a la mujer, en detalles cotidianos que son el cimiento en la formación de la persona como es: tener mentalidad abierta y flexible que construya conocimiento”.
Jaime Sánchez, presidente del Centro de Alumnos dirige sus palabras hacia los varones del Liceo realizando “un llamado a apoyar la lucha de la mujer por la equidad y a colectivizar el trabajo doméstico”, a aportar cada uno desde su espacio social, desde su responsabilidad en el hogar, en la calle, y en el liceo; para construir procesos humanos más justos y equitativos.
Y, por último, como sello propio, las mujeres realizan un signo potente en el patio, en el que portan en sus pechos rostros de mujeres; las visibles y las olvidadas, las que levantan la voz y las que guardan silencio, las científicas y las humanistas, las que tienen rostro y las que su rostro se ha borrado por el dolor, la pobreza y la violencia.
En una era social en que el individualismo nos está carcomiendo el corazón, esta conmemoración es un grito para luchar incansablemente por los derechos de todos los postergados: mujeres, ancianos, niños, inmigrantes, y por las poblaciones que están siendo ocupados por el narcotráfico.
Confiemos a la María. mujer por excelencia, la vida de todas aquellas mujeres que sufren violencia, abandono y desolación y, por aquellas que día a día trabajan por un mundo de paz y justicia
