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Cuando leemos la historia del Liceo y vemos bosquejos de sus salas, podemos convenir que ellas se mantuvieron por muchos años.
Traslademos nuestra imagen al sector sur, donde actualmente hay un edificio de tres pisos, construido en la administración del Hermano René Alvarado.
A la llegada de los hermanos, en el año 1945, había unas cuatro salas de clases. La primera y la segunda, junto a la calle Federico Scotto, se usaban como salas de clases y los domingos, se plegaban los tabiques para permitir su uso como capilla para misas.
Eran dependencias muy amplias; recordemos que en esa época había cursos con 118 y 70 alumnos (los primero y segundo preparatorias).
Posteriormente, se pagaba subvención, hasta por 60 alumnos; aunque algunos tenían 65 (5 sin subvención)
Al construirse 6 salas en el sector oriente, aquellas se destinaron a los cursos mayores.
Recordemos que durante muchos años, el colegio funcionó en dos jornadas: los alumnos de 1° a 6° preparatorias estaban en la tarde y los de 1° humanidades (actual 7°) hasta 6° humanidades (4° medio) en la mañana. El espacio era suficiente para ambas jornadas. Había dos cursos por nivel.
Luego, al establecerse la jornada completa, hubo que construir nuevas salas, las que reemplazaron a esas salas amplias del sector sur.
Sin embargo, el espacio para patios se hizo insuficiente. El uso del espiribol, vino a solucionar el problema, pues la mayoría de los alumnos, permanecían rodeando estos juegos y no corrían por el patio.