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Reflexión del valor del mes de mayo: La Perseverancia


En este mes de Mayo, las efemérides que marcan nuestro calendario educativo son variadas, pero especialmente el valor de la Perseverancia, el Mes del Mar, el Día del trabajador y el día de la Madre.


Tanto el coraje como la esperanza dependen de esta virtud crucial: la perseverancia, aquella capacidad de seguir en circunstancias adversas, en lo posible poniendo buena cara, o de lo contrario, por lo menos con el espíritu que encierra la fatigada observación de Séneca: “se debe sembrar incluso luego de una mala cosecha”. Por eso se dice que la perseverancia es una buena cualidad, excepto cuando se la aplica a malos fines. Esto pone el énfasis en saber cuáles son los buenos fines.


Alguien podría decir que una persona sin oído musical y dedos cortos que persista en su objetivo de dominar el violín obviamente va por el mal camino, y no se le ayuda en nada con alentarlo. Pero alguna otra persona podría responder que cualquier fin noble, tal como tocar el violín, dignifica el esfuerzo por alcanzarlo, y que no importa qué tan difícil sea para una persona aprender a tocarlo, este habrá ganado mucho con intentarlo. Ésta es una respuesta alentadora.


Se puede argumentar que la mayoría de nosotros podría hacer la mayor parte de lo que deseamos, o por lo menos, como el violinista principiante, podríamos ganar mucho en el intento, si encontráramos el modo correcto de hacerlo. Y cada uno tiene que encontrar el método que mejor se adapta a uno mismo. Para ello, las alternativas están y se nos proponen: desde los mismos padres, amigos, profesores, liceo, etc.


Existen dificultades respecto a la perseverancia en el desarrollo de la vida cristiana: que el objetivo nunca se logra aquí, pues dura toda la vida, por eso nunca se puede decir, “ya está bien, voy a esforzarme en otra cosa”, y saber que existen “tentaciones que objetivamente me pueden apartar del camino previsto”, para ello contamos con ayudas abundantes o métodos que se adaptan a nuestra realidad: recibir los sacramentos, la dirección espiritual dada por el sacerdote, profundizar y leer la Sagrada Escritura, y sobre todo en la Oración, ese diálogo persona con Dios, en quien confiar y sentirse acompañado en aquellas cuestiones que tenemos o queremos realizar.


En el contexto educativo, nuestro Proyecto Educativo Institucional, se define la perseverancia como “un esfuerzo continuo, que nos da la fortaleza para desarrollar al máximo nuestras cualidades y estar preparados para enfrentar los retos del mundo actual, con un compromiso pleno y decidido para cumplir con nuestra vocación con entrega y espíritu de servicio”.


Lo opuesto a la perseverancia es rendirse, terquedad, rutina, probar otra cosa, o sencillamente dejar de intentarlo.


Por eso una vez tomada una decisión, se llevan a cabo las actividades necesarias para alcanzar lo decidido, aunque surjan dificultades internas o externas o pese a que disminuya la motivación personal a través del tiempo transcurrido, por eso SÉ PERSEVERANTE. Se lo deseamos a todos los estudiantes, que lo tengan como brújula para su día a día y especialmente a los cuartos medios, que en el umbral de su término de estudios, logren mejorar, sacar mejor provecho de sus esfuerzos, tengan buenos resultados y puedan concretar sus expectativas, pero “si no perseveras, no hay frutos”


Luis Baeza Torrealba

Coordinador de Pastoral - LRT


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