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Octubre: Mes de la familia


El reto de ser familia hoy

Lo importante es darse la oportunidad de reflexionar, revisar y concientizarnos sobre cómo se está desarrollando nuestra familia, cómo estamos desempeñando nuestro papel de padres, sobre que está afectando su dinámica y las relaciones que se tejen en su interior. Paso necesario para poder promover nuevas acciones, generar el cambio, el crecimiento de las mismas y poder garantizarle bienestar y dignidad de todos sus miembros. En la realidad que nos circunda actualmente cada día escuchamos de múltiples maneras decir que queremos un cambio. Estoy convencido de lo importante que es para nuestra sociedad la incidencia de ese núcleo que desde muy pequeños nos enseñaron como definición universal: “La familia es la célula fundamental de la sociedad”, célula que convive e interactúa con muchas más en un cuerpo complejo llamado en este caso, sociedad. Cuando una célula no se nutre, no se fortalece se convierte en una célula toxica, un tumor, un cáncer que afecta a ese gran cuerpo. Entonces ¿hay que trabajar en la familia? ¡Sí, claro que sí! Es momento de sincerarnos y tomar las riendas de la conducción familiar que parte de tomar las riendas de mi mismo para asumir responsablemente el rol que se me confiere dentro de ella. No esperemos escuchar o leer alguna noticia aterradora sobre el suicidio, muerte, riesgo o alguna situación que atente contra algún niño o adolescente y quedarnos atónitos y estresados; además llenos de pánico ante el hecho de que eso pueda pasarle a uno de nuestros hijos. ¿Por qué esperar recibir una noticia impactante para hacer conciencia? ¿Cuánto dura esa toma de conciencia? Como padres, como pareja, como hombre y mujer estamos ante el gran reto de ser mejores cada día y hacernos cargo de lo que somos, de lo que hacemos y de lo que tenemos. En nuestra sociedad urge el rescate de la esencia de la familia como ese lugar ideal para forjar valores que nos contribuyan a crear una manera de vivir más humana que sin lugar a dudas influirá en la sociedad y en la convivencia con los demás. Vivir en familia no es solo afrontar estadios de felicidad es también desarrollar habilidades para hacerle frente a las diferencias y problemas del día a día de manera mancomunada. Seamos padres que sin excusas defienden y amparan dentro de si sus valores humanos, no los negocies por nada ni por nadie, reconozcamos que el valor nace y se desarrolla cuando cada miembro asume con responsabilidad y contento con el papel que nos toca desempeñar en esta unidad, ayudando así al bienestar, desarrollo y felicidad de todos los demás miembros que integran la familia. Trabajemos como padres para lograr la integración familiar, crear ese espacio donde todos participen en los mismos intereses, compartan gustos, aficiones y se interesen los unos por los otros. Crear un espacio que sin importar la situación económica y política cuando llegamos a ella encontramos el refugio, la protección, la seguridad y confianza que necesitamos. Y donde hemos aprendido que lo valores humanos no se compran, se viven y se dan como lo mejor que podemos ofrecer. Fortalecer nuestra entidad humana es parte del gran reto que vivimos los padres de hoy, para desde allí poder ofrecer a los niños y adolescentes que están bajo nuestra responsabilidad una formación humana que les permita bloquear todo aquello que lo ponga en riesgo, sea lo que sea. Hoy más que nunca debemos educar hijos con fortaleza mental, la cual solo aprenderán asertivamente de nosotros sus padres. Para lograr estos retos debemos revisar cómo está siendo el estilo de crianza, como estamos enseñando a los hijos a manejar y afrontar los conflictos, que hacemos para fortalecer su autoestima, cómo hablamos con ellos con palabras dardos o palabras semillas, qué estoy haciendo para educar sus emociones. Cuál es el nivel de comunicación que manejamos en casa, ofrecemos espacio para la confianza donde ellos se puedan comunicar sin que los enjuiciemos. Acaso sabemos cómo padres como los hijos valoran o estiman el sentido de la vida. Queremos hijos perfectos o hijos auténticos. En fin son muchas las revisiones que tenemos que hacer al interior de nuestra familia, del ejercicio que tenemos como padres, como pareja. Ocupémonos de proveerle a los hijos as conciencia sobre el ser en lugar del tener, seamos padres más accesibles y disponibles, estemos más atentos a su mundo, ofrezcamos confianza para aprender de ellos sus códigos y saber luego como intervenir y orientar, eduquemos su inteligencia emocional solo así le daremos las herramientas para bloquear a todo aquel o aquello que tenga como propósito anularlos. Seamos más comunicativos, dediquemos tiempo de calidad y cantidad, ámalos con cordura, abrázalos y bríndales tu apoyo incondicional.


(Lcda. Irma Vecchionacc-18 Mayo de 2017)


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