top of page

Encuentro de reflexión con César Rodríguez


Nos ha visitado para compartir la reflexión y el diálogo, con los jóvenes de Primeros y segundos medios, un destacado ex alumno Ruiztaglino, para adentrarnos en la espiritualidad corazonista que se encarna en un liderazgo activo y promotor de la causa d los postergados y marginados de la sociedad…

El es César Rodríguez Urzúa. Defensor y promotor de los derechos humanos de las víctimas de la Talidomida y de las personas con discapacidad. Nació en Santiago, el 8 de noviembre de 1963. Estudió en el Liceo Ruiz-Tagle, (de Kinder a IV°medio) donde participó en diversas actividades de voluntariado, orientadas a personas en situación de calle y socioeconómicamente vulneradas. Su historia como víctima de la Talidomida - fármaco suministrado a mujeres embarazadas que provocó malformaciones en sus hijos/as- lo llevó a la formación de la organización Víctimas de la Talidomida en Chile (Vitachi), que por años ha demandado reparación y justicia a quienes enfrentan los efectos de este medicamento, pero también a un camino de promoción y defensa de los derechos humanos de las personas con discapacidad, sin distinción. Fue reconocido por el Instituto de Derechos Humanos, como defensor y promotor de derechos humanos, nominados por diversas organizaciones de la sociedad civil para ser ganadores del premio nacional de Derechos Humanos 2016. Sostuvo con nuestros alumnos un ameno diálogo, recordando su paso por el Liceo, los profesores que marcaron su estadía, algunas anécdotas, formadores y directores que en las personas de los hermanos del Sagrado Corazón fueron modelando en él, el compromiso por la misión social. Esta espiritualidad marco el rumbo de su vida, despertó en él su vocación social, cuyo afán y liderazgo lo llevo a una dilatada experiencia en materia de activismo por los derechos humanos de las personas con discapacidad. Ha gestado actividades y manifestaciones públicas con organizaciones, entidades nacionales e internacionales para visibilizar las barreras que afectan a las personas con discapacidad, en materia educativa, de salud, laboral y otras.

Compartió con los jóvenes, la necesidad de promover los derechos humanos desde la formación en la escuela, lugar donde se aprende a sensibilizarse, a captar y sintonizar con los problemas sociales de las personas mas vulnerables. La escuela es y debe ser formadora de líderes, que integren en sus vidas, motivos profundos de convicciones, donde el espíritu y la razón alimenten una opción de vida. Decía: “un Ruiztaglino no puede estar ajeno al entorno social, no puede quedarse en sus propios afanes, debe mirar al lado, ponerse en el lugar del otro y sentir lo que el otro siente”. Esta mirada brota de un Corazón agradecido y lo decía él “siendo victima de aquel fármaco, se sobrepuso a al adversidad, dando lo mejor que tenía, su fuerza, su convicción de querer hacer algo por los otros compañeros, también victimas, no solo del fármaco, sino de la misma sociedad que los discrimina y excluye”. Y repite: “ustedes que se están formando en estas aulas, aprovechen sus tiempo para prepararse para luego, también servir a los otros.”. Ah, nos dejo un lindo recuerdo, el primer certificado de alumno de Kinder, del año 1968, que es un objeto histórico, y que lo dona a nuestro Liceo. Ojalá así construyamos un memorial donde cobijemos signos que hablan de nuestra historia, de nuestra gente y de sus apuestas.

GRACIAS, DON CESAR,

por su testimonio, por su entrega y su liderazgo en bien del país.


bottom of page